viernes, 8 de junio de 2007

Cuento corto n°2

Había estado seguramente bastante rato en eso cuando recordé que era lo que hacía allí. Me parecía todo tan lejano, y hasta un poco borroso, la verdad la bruma se estaba convirtiendo en una sensación permanente en las últimas horas. Después de una tibia brisa que apareció quizás de donde, sin pensar en nada, me entregue al vacío. Vi tantos otros como yo que caían libremente o destrozados de dolor, sin pensar, sin resistir, con el corazón abierto de lado a lado o en sus manos. Algunos incluso se desgarraban lentamente mientras caían sin ninguna expresión ante lo que les sucedía.
La bruma se iba desvaneciendo a medida que se encontraba con mi piel, se deshacía en su humedad, se disolvía en mí y desaparecía. Poco a poco cada uno de mis átomos se fundía en ese infinitesimal segundo de contacto, ¿Habrá sido eso el todo? ¿O la nada? Como saberlo. En lo que podría haber sido aún mi mente resonó un recuerdo, el destelló de una imagen. ¿Cómo llegaba esa sensación que aún después de ya no existir mi corporeidad se transformaba aún en una sensación?


2 comentarios:

Lilian Flores Guerra dijo...

Queridi, primero que todo, me alegro mucho que por fin haya visto la luz tu breve segundo relato. Y que por fin hayas actualizado!
Te cuento que me da como frío y a la vez un vértigo como de... tentación? tu relato. Es decir, si fuese así, como sumirse en la bruma, y pasar de la confusión de un sueño al descanso...
Técnicamente hablando, pequeñas cosas que son fáciles de corregir, para perfeccionar aún más tu historia.
Y eso po, espero con ansias la saga de esta humana y angustiosa sensación.

Pazchina dijo...

Es el frío de la existencia no más querida, de estar en pelotas ante la vida, mmmm bueno el sentido último del cuentecillo lo iremos desgranando en las otras entregas. Con respecto a la parte técnica espero sus comentarios ya sea en mi mail o por otro medio, para concretar sus aportes. Su humilde y friolenta servidora. Un beso.