jueves, 21 de junio de 2007

Congelador

El frío despues de la lluvia llegó a casi congelar su alma, junto con el jardín y una parte del camino.
No quería volver pues ya no tenía sentido, pero no sabía como decirlo. Pensó escribir una carta y escapar pero ese plan ya no era una posibilidad real.
Nunca, absurdo, incierto y destino eran palabras que resonaban fuertemente dentro de su cerebro, no habría querido que estuvieran, más allí estaban y no las iba a borrar con un simple olvido.
Decidió enfrentarse a su destino y caminar hacia la casa, el jardín que tenía frente a su persona parecía infranqueable, pero la desición estaba tomada.
Avanzó rápido. Al llegar a la puerta y abrirla sintió frío salir de dentro de la casa.
Caminó sin escuchar más que sus pasos y al llegar al final del pasillo de entrada, vío.
La casa estaba completamente vacía, ya no podía hacer nada. Se paralizó junto con sus pensamientos.
Se había ido claro está, abandonando todo tras de sí, incluso las razones por las cuales su humanidad se encontraba bajo ese umbral. Jamás podría decir no. Jamás podría enfrentarse a su destino. Jamás podría liberarse.
Jamás, jamás.
Por primera vez en su vida sintío que el odio congelaba su corazón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho frio?¿

un beso

Lilian Flores Guerra dijo...

Amiga, que desgarrador y profundo. No sé por qué me suena conocida esa imagen... si es así, creéme que admiro la forma como vas moldeando los pesares y los conviertes en bellos cuadros. Si no, igualmente es triste y bello.

Pazchina dijo...

Amanda Cabot:
Mmmmm no en realidad, la verdad es que son sólo historias de un genero que funciona al límite permanentemente, nada tan personal oh-oh-oh

Pazchina dijo...

Fjgh:
Con esta ola de frío de más, ustedes no? pasen más seguido, la actualización del otro blog los incluye a uds...
Besos y saludos a Pb.
Plgh.