martes, 24 de julio de 2007

Ensoñaciones

Te miro y pareces dormida.
Intento hablarte y te esfumas.
Desespero en este silencio de tu alma.
Este silencio de tu alma dormida.
Que no sé como despertar.
Creo que es demasida crueldad
el tratar de cruzar el fuego sin ser lastimado.
Intento gritarte,
pero sólo logro desgarrar mis pulmones.
Mis palabras caen
a un precipicio sin final.
¿Es lo que esperas también?
¿Hacia donde vas?
¿Cuando despertarás?
Entre las rocas y el mar
se ha perdido el amor.
Entre las rocas y el mar
aún puedes desaparecer.
Princesa encantada
de cuentos añejos,
¿cuando osarás despertar?
Escucha los gritos de las almas pequeñas
clamando incesantes en tus oídos
¿A ellos si los escucharás?

lunes, 23 de julio de 2007

Lluvioso

Paso a paso.
Gota a gota desde el silencio de mi habitación, recorriendo mi ventana. Cae.
En el frío exterior que observo desde mi cálido sitial el gris se reparte uniformemente entre cielo y tierra.
El aroma de la canela entra en mi nariz y recorre mi lengua.
Cierro los ojos y la lluviosa música aumenta la laxitud que se apodera de mi cuerpo, envuelto en los cálidos ropajes que me acompañan esta tarde callada que hipnotiza mis pensamientos.
A la distancia te envío mi corazón y espero que regreses para compartir las gotas de estas nubes en nuestros rostros.

domingo, 15 de julio de 2007

En aquellas horas


En aquellas horas muertas creí ver tu silueta a lo lejos.
En aquellas horas muertas ví cosas maravillosas.
En aquellas horas muertas pude ver la luz del sol a traves del follaje.
Y más allá...
Pude ver el destino llamando a mi alma en flor.
El torbellino del existir.
El torbellino del sentir.
El rocío de la mañana recorriendo mi piel.
El sol de mediodía abrazando mi cuerpo desnudo.
Y al atardecer, la eterna promesa del crepúsculo.
Dormiré sobre el manto de luz que me regalan las estrellas.

martes, 10 de julio de 2007

Sentido sinsentido

Hay momentos en que nada es suficiente
más que los demonios que uno mismo alimenta
y el frágil y volátil sentido que quizás se pueda encontrarle a la vida
(O con desesperación inventarle)
Hay momentos en que el mundo se detiene
Y en ese momento congelado
Las voces también se congelan
Y parece que tu cabeza estuviera bajo el agua
Y por más que pidas, clames y grites
Te enfrentas a tí mismo
A la esencia de tu alma
Y maldices a tus dioses
Maldices a la vida
Y el absurdo sentido de la existencia desaparece
Para siempre…
Seguro habrá que renacer desde el fango
Seguro habrá que buscar algo que te haga respirar
Y nuevamente nos encontraremos
Una vez más a la vuelta de una esquina
En algún recodo del camino…
Buscando alguna mascara que quede
Para seguir con la fantasía que es la existencia.