
En aquellas horas muertas creí ver tu silueta a lo lejos.
En aquellas horas muertas ví cosas maravillosas.
En aquellas horas muertas pude ver la luz del sol a traves del follaje.
Y más allá...
Pude ver el destino llamando a mi alma en flor.
El torbellino del existir.
El torbellino del sentir.
El rocío de la mañana recorriendo mi piel.
El sol de mediodía abrazando mi cuerpo desnudo.
Y al atardecer, la eterna promesa del crepúsculo.
Dormiré sobre el manto de luz que me regalan las estrellas.
En aquellas horas muertas ví cosas maravillosas.
En aquellas horas muertas pude ver la luz del sol a traves del follaje.
Y más allá...
Pude ver el destino llamando a mi alma en flor.
El torbellino del existir.
El torbellino del sentir.
El rocío de la mañana recorriendo mi piel.
El sol de mediodía abrazando mi cuerpo desnudo.
Y al atardecer, la eterna promesa del crepúsculo.
Dormiré sobre el manto de luz que me regalan las estrellas.
1 comentario:
Amiga, qué cosa más bella!!! Nada, encantador, me conmovió, leerlo fue como sentir el roce de suaves pétalos en mi cara.
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