miércoles, 23 de julio de 2008

Sin título



Una boca que no era mi boca.
Unos ojos que eran los míos.
Busque tanto tiempo y cada tanto creí encontrar.
Me deshice en caricias que no eran las mías,
me disolví en una pasión robada.
Cerré los ojos y me quisé dejar llevar,
sentí manos que no eran las mías,
rocé pieles que tampoco lo eran.

Vuelvo siempre a aquel lugar
en la distancia de mí misma
donde siempre estoy y el cual a veces dejo,
para salir a buscar.

Sólo debo... nada. Nada debo, nada pido.

Caminando encuentro el néctar que me hace seguir...

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